La Compra Libertadores de América

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Repleto del humor y la perspicacia que siempre le caracterizan, Sportsdomi colaboró con Cuadrivio para hacernos reflexionar sobre los verdaderos méritos que se necesitan para ser campeón de la Copa Libertadores de América.

 

 

SportsDomi

 

 

Todos los hechos y/o personajes detallados en este documento son ficticios. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.

 

La Copa Libertadores es el torneo de clubes más importante de Sudamérica. Las instituciones que integran la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) cuantifican su gloria según la cantidad de veces que han ganado esta copa. Tan importante es, que parece inoportuno definir la gloria de un club mediante la justicia deportiva: siempre es mejor que quien tenga más dinero sea el campeón. Un negocio redondo para todos.

No se sabe desde qué momento, pero esto sucedió. La Copa Libertadores dejó de definir su campeón de manera deportiva y pasó a entregarse al mejor postor. Para obtener el preciado trofeo de esta manera, uno tenía que tener un buen contacto en la Conmebol y por medio del mismo articular toda una organización paralela en donde se intercambia el dinero por gloria. Entre estas personas podían estar dirigentes, jueces y hasta directores técnicos de equipos participantes; entre todos habrían de repartirse el dinero que ponía el club que quería salir campeón. Los dueños y altos cargos en la Conmebol podían escoger libremente a los jueces y circunstancias para que cada uno de los partidos tomara el curso que ellos desearan.

Sin embargo, el ayudar a un equipo a ser campeón de la libertadores no siempre daba resultado. El club que quería ser campeón debía contratar buenos jugadores, pues el sistema no podía hacer milagros. Es por esto que muchas veces un club que puso dinero no podía conseguirlo. En esos casos se le devolvía al club el 80 por ciento de lo que había abonado.

Lo anterior nos sirve para explicar determinados hechos curiosos que han ocurrido en la Copa Libertadores. En el año 2007, por ejemplo, el empresario Mauricio Macri presidía a Boca Juniors y también se postulaba para ser el jefe de gobierno de la ciudad autónoma de Buenos Aires. Ese año, curiosamente, Boca salió campeón de la Libertadores, cuatro días antes de las elecciones. ¿Casualidad? Nunca lo sabremos, pero las coincidencias temporales de poder y gloria deportiva fueron muy extrañas. Luego de que Macri abandonó la presidencia, Boca nunca más ganó la Libertadores.

Otra historia es la de San Lorenzo. El equipo azulgrana era el único cuadro grande de Argentina que hasta el 2014 no había ganado ninguna Copa Libertadores. Sus siglas, lejos de ser referenciales, era más bien una burla: «SLA» representaba «Sin Libertadores de América». En medio de una situación muy comprometida con el descenso, en septiembre del año 2012 asume como vicepresidente de San Lorenzo el conductor de televisión y empresario Marcelo Tinelli. Marcelo, hay que decirlo, es una figura muy importante y mediática de Argentina. Se lo llama el «Rey del Raiting», ya que los programas que conduce siempre tienen una gran teleaudiencia. Bajo su vicepresidencia, logra que el equipo gane en el 2014 la Copa Libertadores de América. Se comenta que el equipo de San Lorenzo era tan malo, que pese al dinero abonado, el equipo iba a quedar eliminado en la fase de grupos. Así, Marcelo tuvo que desembolsar una suma mayor (casi el doble de lo que había abonado), logrando con esto que en la última fecha de la fase de grupos se dieran resultados increíbles que posibilitaron su clasificación. Para prevenir que esto volviera a pasar, tuvo que eliminar tempranamente de la competición a los equipos más importantes. Nunca se vio en la historia de la Libertadores una semifinal con equipos tan débiles.

Ejemplo también de este tipo de prácticas es la historia de cómo Boca Juniors no pudo ser campeón de la copa en 2015, edición que será recordada siempre por sus bochornosos tintes telenovelescos y trágicos (claro está, con un final cliché en donde su acérrimo rival, River, jugaría un papel fundamental).

Daniel Angelici, presidente actual de Boca, quiso seguir los pasos de Mauricio Macri y Marcelo Tinelli, y así, luego de una importante colecta privada, sumó una gran cantidad de dinero y la ofreció para que su club saliera campeón de la Copa Libertadores. Las autoridades de la Conmebol sospechaban que en ese momento sus oportunidades de hacer buen dinero pendían de un hilo; el rumor de que el FBI investigaba las finanzas de toda la FIFA y sus dependencias era cada vez más una realidad palpable. Aunado a esto, se enfrentaron a una pequeña dificultad: ¡Boca no había ni siquiera clasificado a la Copa Libertadores!

En Argentina otra de las maneras de clasificar a la Copa Libertadores es siendo el mejor argentino en la Copa Sudamericana, pero lamentablemente, el segundo torneo continental ya estaba comprometido, por tanto tampoco era posible colocar a Boca de esa manera. Para lograr la clasificación, la AFA tuvo que intervenir y darle otra interpretación al reglamento de clasificación a la Copa para así obligar a Velez a jugar un partido de desempate ante Boca. El conjunto xeneize eventualmente habría de ganar ese partido y clasificar para jugar la fase de grupos de la Libertadores.

Una vez dentro del torneo continental, el trabajo de los dirigentes para convertir a Boca en el nuevo campeón de América comenzó muy bien. En el sorteo se le asignó el grupo más sencillo de la copa, compuesto por Palestino de Chile, Wanderers de Uruguay y el modesto Zamora de Venezuela. Boca deportivamente rindió, obteniendo puntaje perfecto al ganar los seis partidos de su grupo. El equipo xeneize se consagró como el mejor primero de la copa, lo que le daba la chance de definir de local todos sus partidos. Pero algo inesperado sucedió. De una manera casi azarosa, River clasificó también a octavos, como peor segundo, y, de esta manera, se venía un enfrentamiento clásico por la Copa Libertadores. Escenario perfecto para el final de una épica futbolera, el clásico del fútbol argentino, que habría de terminar con la eliminación de Boca en medio de la violencia, el miedo, el terror, el odio…

Todo empezó en el momento en que la hinchada de Boca se enteró de la amplia suma de dinero que estaba pagando su dirigencia para sacar a su equipo campeón, y ellos no se querían quedar afuera ni de la repartición de plata ni de la suma de esfuerzos para coronarse.

Así, la noche previa al partido de vuelta de los octavos de final ante River, suena el teléfono de un importante dirigente de Boca.

—Che pelao, quiero 300 verdes.

—¿Quién habla? –preguntó el dirigente de Boca extrañado ante las palabras poco protocolares de su interlocutor.

—Escuchame, me dejás los 300 verdes ahí, con las entradas de la doce (la doce es el nombre que se le da a la barra brava de Boca). ¿Entendiste?

—¿Quién sos? –inquirió el dirigente intrigado.

—Ya te dije que soy de la doce. Escuchame, sé que están poniendo plata para sacar a Boca campeón de América y a nosotros no nos dieron nada. Queremos nuestra parte, porque nosotros podemos colaborar para que Boca salga campeón.

—¡Pero ustedes son la hinchada! Deberían ser grandes beneficiarios de que Boca gane la Copa Libertadores.

—Pero, papá, esa es la hinchada de otra época. Estamos en el siglo XXI, la hinchada es un negocio. Alentamos si nos das plata, armamos lío si no. Nos tenemos que financiar, viste. Es complicado ser hincha de Boca. Si tenés guita para sacar campeón a Boca, danos a nosotros, que también queremos ser parte. Si no esto va a estar jodido, pelao.

El dirigente cortó y cometió el error de nunca avisarle del llamado al presidente de Boca.

En el día del partido, la hinchada xeneize estaba enojada pues no había recibido dinero, así que idearon un importante operativo para demostrarle a los dirigentes de Boca que ellos solos podían cambiar el curso de la eliminatoria sin necesidad de ayuda adicional. Su plan era simple: mermar las capacidades físicas del rival; sólo tenían que rociar de una sustancia al equipo de River cuando éste saliera del campo de juego. Esto iba a desestabilizar al conjunto millonario y le daría la posibilidad a Boca de ganar el partido de forma sencilla. Lo que nunca imaginaron era que el partido se iba a suspender.

Una vez comenzado el bochorno, otro bochorno aún más grande sucedía en el campo de juego. El partido estaba demorado  y la única esperanza de reanudación pendía de una nueva cifra monetaria que permitiera que River continuara el partido. Los dirigentes de la Conmebol vieron el riesgo de que el 80 por ciento de la suma que había puesto Boca para ser campeón se les fuera de las manos. Sabían que podía ser la última Copa Libertadores en la que estarían orquestando todo esto. Estaban desesperados.

—El partido tiene que seguir sí o sí –dijo Napout (presidente de la Conmebol) enojado al pobre veedor boliviano.

—Pero mirá cómo le quedó la piel a los jugadores de River –respondió el veedor desesperado, demostrando que no tenía manera de conseguir que el partido se reanudase.

—No me interesa. Esto tiene que seguir. Hablá con Don Eugenio que está por ahí. Él arregla todo.

Don Eugenio Figueredo, es un dirigente que hasta el año 2014 había sido presidente de la Conmebol, luego se retiró para ocupar un cargo importante en FIFA. Como si fuera dueño de todo, se fue al terreno de juego y con la primera persona que habló fue con el presidente de Boca.

—Daniel, necesito dos millones más para levantar este bochorno que hicieron. Si no se va a tener que suspender y pasa River.

—¿Lo qué? ¿dos millones más? –dijo el presidente de Boca sorprendido.

—Y quiero uno ahora –acotó Eugenio.

—¿Pero cómo querés que saque toda esa plata hoy?… No, no se puede.

—Bueno, van a quedar afuera –dijo don Eugenio.

—Mira –dijo Daniel–, te puedo conseguir un millón para mañana y eso es todo. Es lo máximo que te puedo dar.

—Dejame ver –respondió Eugenio misterioso–. Vamos a ver qué puedo hacer.

Así, Eugenio se dirigió al banco de River y habló directamente con el muñeco Gallardo (DT de River).

—200 mil dólares en la mano mañana si haces jugar a tu equipo –dijo con mucha tranquilidad don Eugenio.

—No. ¡Estás loco! –respondió Gallardo sorprendido–. No puedo. Gano más dinero si River sale campeón de la copa.

—No van a salir campeones de la copa –aseguró don Eugenio, conocedor de que la gloria pertenecía siempre al mejor postor.

—No voy a poner a jugar al equipo así.

—Pensá, Muñeco, que no son sólo 200 mil. Vos sabés que las épocas de vacas gordas se acaban y podés pasar de ser ídolo en River a que la hinchada pida que te vayas. Si pasó con Bianchi en Boca, ¿por qué no va a pasar eso contigo?

—No –respondió con un tono fuerte y convincente Gallardo–. ¡Mirá cómo están los jugadores! Sería un bochorno hacerlos jugar. El riesgo es muy grande y la plata es muy poca. Ni loco.

Eugenio, retornó a hablar con el presidente de Boca.

—Daniel, quiero tres millones –expuso en completa serenidad.

—¿Lo qué? ¿Tres millones? –Daniel lo miró con expresión enojada–. Te dije que hasta uno llegaba.

—River no va a acceder a jugar por poca plata. Es lo máximo que puedo hacer.

—Pero me vas a tener que devolver el 80 por ciento de lo que puse.

—Y bueno –dijo Eugenio–, no es la primera vez que las cosas no salen.  Yo igual no me voy a morir de hambre. El plato de comida no me falta.

—Mirá, don Eugenio, con esfuerzo puedo llegar a un millón y medio, pero ¡tres millones es una locura!

—Son tres millones y no se habla más. No pasé de vender autos a ser un millonario regateando mis honorarios.

—¿Y, don Eugenio,…? –dijo Gallardo cuando vio a Figueredo pasar al lado de él–. ¿Pensaste en una cifra mejor? Hablé con los jugadores afectados y por un poco más juegan. Van a declarar que las agresiones los hicieron más fuertes y querían ganarle a Boca en la cancha.

—No hay acuerdo, muñeco. El partido se suspende y pasan de fase. Si tu presidente se porta bien, capaz que terminan levantando la copa. Tengo que negociar con él después.

—Bueno, don Eugenio. Mucha suerte y lamento que esto haya terminado así.

El partido terminó suspendido.

Al otro día Daniel Angelici recibió una llamada.

—Hola. ¿Sí? ¿Quién habla? –atiende Daniel, como si no supiera por el captor que era Eugenio Figueredo.

—Soy Eugenio. Te llamo para coordinar la entrega del 80 por ciento que te tenemos que devolver. Sabés vos muy bien que la plata negra hay que sacársela de arriba muy rápido.

—Bueno, ¿cómo me hacen la entrega? –preguntó Daniel.

—Mira, tenemos un pequeño problema del cual quiero que estén al tanto –dijo don Eugenio–. No sería de buen amigo si no te cuento lo que está pasando. Está el tribunal de disciplina debatiendo la sanción para Boca. Y la verdad es que, basados en el reglamento, le corresponden a Boca cinco años sin participar en torneos internacionales de la Conmebol.

—¿Lo qué? –preguntó Daniel muy sorprendido y enojado.

—Eso sería una lástima. La verdad que sí. Perderías mucho más dinero de lo que pusiste para sacar a Boca campeón. Pero, bueno, es difícil hacer algo pues la comisión disciplinaria es complicada de convencer.

—¿Qué me estás pidiendo?

—Mira, yo tengo muchos amigos ahí. Tengo la certeza de que puedo hacer que todo quede en una multa económica, unos partidos a puertas cerradas y con la posibilidad de seguir participando en la próxima copa.

—¿O sea que no me vas a devolver el 80%?

—No, Daniel. El 80% te lo devuelvo si así lo querés, pero en tal caso no voy a poder hacer bien las cosas con el tribunal de disciplina. Pensá todo lo que perdés. ¿Vas a jugar sólo ese campeonato argentino horrible que heredaron de Grondona? ¿Vas a disfrutar jugar contra cuadros como Aldosilvi, Sarmiento, Temperley, Crucero del Norte, Defensa y Justicia? ¡Qué divertido!

—Don Eugenio, usted gana. Quédese con esa plata.

—Bien. Con esto en dos años vuelven a la copa.

—¿Cómo dos años?… ¿No era que sólo tenía partidos a puertas cerradas?

—Y, bueno, para eso necesito otros tres millones de dólares.

—¿Tres millones de dólares?

—Ya le dije, no me hice millonario regalando dinero.

El resultado de la sanción a Boca, es una clara muestra de cómo termina la historia.

Se rumora por los rincones de la Conmebol que Figueredo le había vendido la Copa a Cruzeiro. Así lo demostraba la victoria que el equipo brasileño obtuvo en el partido de ida de los cuartos de final, disputado, por cierto, en el estadio Monumental. No obstante el arreglo, la misma mañana del partido de vuelta entre argentinos y brasileños, la historia habría de dar un nuevo giro de 360 grados. Ese día, consecuencia de una investigación por parte del FBI, varios dirigentes de la FIFA fueron apresados, entre ellos Eugenio Figueredo. Nadie sabe en manos de quién quedó la Conmebol en medio de ese vacío de poder, pero lo real es que esa noche River sorprendió a todos venciendo –como visitante– al Cruzeiro por un marcador de tres a cero. Algo había cambiado y en principio River se había movido bien…

La acción del FBI, lejos de eliminar las mafias, abre el camino a que otra nueva hampa sudamericana prospere. En muy poco tiempo volverán de a poco los arreglos de partidos, porque, la verdad sea dicha, la FIFA no se hizo millonaria haciendo que los más débiles sean campeones de a gratis.

 

 

 

 

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SportsDomi (Montevideo, Uruguay). Desde chico, sus padres se preocuparon de lo mucho que disfrutaba de ver partidos de fútbol del campeonato uruguayo. Fue así que luego de consultar a varios profesionales descubrió que tenía un problema: miopía. Una vez que tuvo lentes, jamás volvió a disfrutar de ese fútbol, y optó por ver ligas más interesantes como la española e inglesa. Sin embargo, luego de ver el bajo nivel del periodismo deportivo uruguayo, decidió  sacrificarse y apostar fuerte al fútbol uruguayo. Así fundó su blog SportsDomi.com, su fan page de Facebook y su cuenta de twitter: @sportsdomi. De ese modo bajó mucho más el nivel del periodismo deportivo uruguayo y su mayor deseo es apoyar para que toque fondo.

Revista digital de crítica cultural y creación artística.

1 comentario

  1. GUILLE

    mayo 14, 2016 at 3:32 pm

    DIOS MIO, CUANTA SAÑA Y MALDAD EN CONTRA DE BOCA. AHORA riBer ES EL BUENITO DE LA PELICULA? SI TENES ESE “FUNDAMENTO” (O DENUNCIA) QUE ES EL QUE POSTEAS, ANDA Y DENUNCIA PENALMENTE. SOLO ESCUPIS VENENO COMO TODO ANTIBOCA, OJALA Y NO TE MUERAS PRONTO, ASI VES COMO BOCA GANA TODO (CAMPEONATO LOCAL, COPA ARGENTINA, LIBERTADORES, SUDAMERICANA, MUNDIAL DE CLUBES, RECOPA SUDAMERICANA SURUGA BANK) Y QUE ESO TE LLEVE A UN LENTO PREOCESO DE DEFUNCION VENENOSA….

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