Fanfics, un mundo alterno a la literatura

Por  |  2 Comentarios

Uno de los indicadores más inusuales del éxito de las ficciones es su continuación a manos de los encantados receptores de la historia original. Los fanfics son un claro ejemplo de que las obras, una vez realizadas, dejan de pertenecer a sus autores para adquirir una independencia que las puede llevar por caminos inesperados.

 

 

 

Lizbeth Alcibar Vázquez

 

¿Qué pasaría si de un momento a otro descubren que el final de su libro favorito ha cambiado, que el villano ha pasado a ser el héroe y que la princesa en realidad era una bruja malvada? Bueno, no es de sorprenderse. En el mundo del fanfiction ese tipo de cambios se dan a diario a manos de distintos autores amateur alrededor del mundo.

Las historias realizadas por fans de cierto tema, película, libro o fenómeno cultural particular y basadas en ellos se denominan fanfictions, algunas veces abreviado como fanfics o fics y, en casos muy particulares, literatura de ficción. En esta clase de textos se pueden narrar aventuras que jamás sucedieron en la versión original, utilizando personajes creados por alguien más, moviéndolos como piezas de ajedrez a conveniencia de quien escribe. En este sentido, Daniel Cassany, lingüista y profesor en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, menciona en su texto Prácticas letradas contemporáneas: claves para su desarrollo que el fanfiction:

[…] es una suerte de secuela, continuación, parodia o adaptación del mundo de una saga (sus personajes, contexto, aventuras, etc.) que hace algún lector fanático para otros lectores. Comparte algunas características discursivas con la historia realista anterior, además de desempeñar funciones parecidas en el mundo de los jóvenes aprendices de lector.

Los fics son un tipo de escritura que jamás se encontrará en las escuelas, mucho menos en las librerías o bibliotecas, pero que produce tanta pasión y diversión a sus fans que éstos buscan la manera de escribir y leer cuantas historias de esta clase les sean posibles.

En los fics se parte del supuesto de que lo que el autor original ofrece es sólo una pequeña parte de lo que realmente podría construirse alrededor de sus personajes, por lo que los fans deciden recrear un mundo distinto donde lo impensable sucede día a día, y ellos son los directores de cada nueva aventura.

Podemos tomar como ejemplo a Thor y Loki, protagonistas de las películas Thor y Los vengadores. El amor por estos personajes nació tras el estreno de la primera película en 2011, donde la relación fraternal entre estos hermanos creció ante los ojos de sus fieles seguidores. En la versión original de los cómics no existen momentos amorosos entre ambos personajes, pero con la versión fílmica, y teniendo en cuenta a los apuestos actores Chris Hemsworth y Tom Hiddleston, el Thorki –como se conoce a esta pareja– creció de forma exponencial. Hasta la fecha se pueden encontrar en Google más de 721 mil resultados referentes a este término.

Para los seguidores de esta historia, y de muchas otras más, el más pequeño detalle puede convertirse en la razón principal para realizar sus propios textos hasta quedar conformes con lo que imaginaron. ¿Cuántos no han pasado por esto mientras ven una película o leen un libro? ¿Quién no ha deseado unir a sus personajes predilectos aunque, según los autores originales, no estén destinados a ello? Precisamente, por este deseo de amoldar las historias y personajes a la imaginación propia fue que nació el fanfiction.

A Fragment out of Time de Diane Marchant fue el primer fanfiction, acerca de la pareja Kirk/Spock –protagonistas de la serie televisiva Star Trek (Viaje a las estrellas)–, y se publicó en el fanzine Group#3 en 1974. En dicha historia se relataba la manera en que la amistad de estos personajes evolucionaba hasta convertirse en algo que los llevaría a compartir intimidad. Incluso Henry Jenkins, profesor de comunicación en la USC Annenberg School for Communication, escribe en su libro Fans, blogueros y videojuegos que Kirk/Spock fue la primera pareja que surgió, es decir, es la iniciadora de lo que hoy en día se conoce como fanfiction.

Exactamente hace 40 años la literatura de ficción dio inicio a una serie de historias que van más allá de lo que cualquiera podría imaginar, historias que comenzaron a publicarse en fanzines y que, conforme avanzó el tiempo, se mudaron a varias plataformas en internet, siendo los foros sus principales hogares. En la actualidad, hay una gran variedad de sitios de internet donde la gente puede leer distintos tipos de fanfiction, por ejemplo, fanfiction.net, amoryaoi.com y comunidades exclusivas que basan sus textos en parejas, películas o libros específicos. En dichas plataformas, los autores amateur colocan sus textos y esperan los comentarios de sus lectores, quienes fungen como críticos y los animan a seguir redactando, o bien a dejar de hacerlo.

Aun cuando los fics son textos realizados por fans que no poseen conocimientos literarios, los autores buscan crear narraciones de calidad, con historias llamativas y ortografía limpia, cumpliendo las normas que cualquier escritor de fanfics debe conocer. Porque, sí, como cualquier libro o película, estos trabajos también deben responder a ciertos perfiles y géneros.

 

Literatura de ficción: cada oveja con su pareja

Dentro del mundo de los fics se tienen los pairings, es decir, las parejas centrales de las historias. De este modo, resulta más sencillo elegir las narraciones, pues cada persona se centra sólo en los personajes de su predilección sin tener que prestar atención a dúos amorosos que no le interesan. ¿Se imaginan qué sería del fanfiction si los textos no se clasificaran por las parejas involucradas en ellos? Seguro todo sería un caos.

Las parejas poseen un nombre que las define. Este conjunta parte del nombre de los implicados, para crear una fusión donde, desde una perspectiva sexual, el nombre del personaje «dominante» quedará al principio y el del «pasivo» al final. Ejemplos de esto son el ya mencionado de Thorki, Thor y Loki de Los Vengadores; Romione, Ron y Hermione de Harry Potter, o el de Stalia, Stiles y Malia de la serie norteamericana Teen Wolf.

En el mundo del fanfiction existen un sinnúmero de parejas que crece día con día, sin embargo, los lectores siempre buscarán historias protagonizadas por su OTP –one true pairing–, es decir, su pareja favorita. Según los fans, las OTP son parejas que están «destinadas» a ser y que provocan, en ellos, mariposas en el estómago y sonrisas tontas.

Dentro de las parejas se tienen dos clasificaciones de tipo sexual: slash y femslash. El slash, uno de los tipos más comunes en los fanfics, se refiere a la palabra en inglés para denominar al signo tipográfico de la diagonal «/», pero más allá del significado literal, describe la inclinación homosexual de la pareja así catalogada. De ahí la razón de que a las relaciones hombre-hombre –homosexuales– que surgen a diario bajo la autoría de los jóvenes escritores se les denomine de esa manera. En este sentido, el femslash se refiere a las relaciones entre mujeres –lésbicas.

 

Clasificaciones, géneros y más

Además de su clasificación por tipo de pareja, la literatura de ficción sigue cierta «convención editorial» por la que se especifica el tipo de fanfic del que se trata, su extensión –en este caso, el número de palabras– y clasificación, además de que se le añaden aclaraciones, notas y un breve resumen. Dichas características nacieron a la par del Internet, por lo que es imposible saber quién o quiénes fueron los creadores de estas reglas. Lo que sí se tiene claro es que estos lineamientos son conocidos y acatados de forma mundial.

Para comenzar, los fics obtienen diferentes nombres dependiendo de la extensión que presenten. Se pueden tratar de escritos de menos de cien palabras o mayores a tres mil. De igual forma, hay quien prefiere publicar sus historias por capítulos, haciendo de sus narraciones algo casi tan extenso como un libro.

Los drabbles son textos que no rebasan las cien palabras donde se describe una historia, ya sea que concluya o no. El one shot es un capítulo autoconclusivo que va de las mil al infinito de palabras, todo depende de las necesidades del relato y el objetivo del autor; puede tener una extensión de una cuartilla, diez, cincuenta o más.

En cuanto a temática, los songfics son textos inspirados en la letra o melodía de una canción; a veces los autores deciden insertar fragmentos de la canción a lo largo de la narración. Por su parte, los spamfics son ideas «sueltas» del autor que al ser plasmadas no tienen sentido alguno, por ello es que a veces los denominan malos ficsbadfics.

Además de los anteriores, se tienen relatos basados en el sufrimiento emocional de los personajes, angst, que bien se podrían denominar como tragedia. También se cuenta con los crossover; Eloy Martos Núñez, profesor en la Universidad de Extremadura, en el artículo «Tunear los libros: series, fanfiction, blogs y otras prácticas emergentes de lectura», explica que son «encuentros de personajes de dos (o más) series distintas [que cruzan] universos imaginarios para que esa interacción sirva de incitación a nuevas aventuras». Quizá una historia donde Dr. House y Maléfica son amigos no suene tan descabellada ahora.

Los relatos románticos con kilos de miel y finales siempre felices se conocen como WAFF –«Fluff Warm & Fuzzy Feeling»–; con estos sin duda es imposible sufrir. En contraste, dentro de las historias hurt comfort, por lo general, uno de los protagonistas es lastimado física y/o emocionalmente y, quizá, su interés romántico le ayudará a sentirse mejor.

En las narraciones AU –universo alternativo– se utilizan determinados personajes, manteniendo sus características físicas y de personalidad intactas, y se colocan fuera de su contexto original. Por ejemplo, Harry Potter peleando contra Darth Vader, de Star Wars, para salvar a la princesa Hermione Granger.

También existen textos cuyos personajes son «tan perfectos» que siempre llaman la atención de los protagonistas; algunas veces son la caracterización del mismo autor. A estos relatos se les conoce como Mary Sue y su representación masculina es Gary Stu.

Y si hasta ahora se pensaba que no había suficiente imaginación, las historias MPREG vienen a desechar esa idea. ¿Alguien recuerda la película Junior (1994), donde Arnold Schwarzenegger queda embarazado? Bueno, el MPREG trata ese tema: hombres que quedan preñados por sus parejas. ¿Interesante, verdad?

También es importante mencionar que muchos fics, si no es que la mayoría, tienen alto contenido sexual. De hecho, parece ser que son los que más llaman la atención. Los textos con contenido lemon o smut son aquellos donde se describen relaciones sexuales explícitas; el contenido lime, por su parte, sólo muestra leves insinuaciones entre personajes sin llegar a lo sexualmente explícito.

Para concluir con los géneros y clasificaciones, es necesario mencionar los ratings –muy parecidos a los de las películas– que se utilizan para publicar literatura de ficción: G, apto para todo público; PG, no apto para niños. Podría contener violencia leve; PG-13, para mayores de 13 años; R, sólo para lectores maduros; NC-17, sólo apto para mayores de 17 años; algunas veces, dependiendo del autor y la trama, se puede considerar un rating NC-21.

Conociendo lo anterior, los lectores sabrán qué texto leer y cuál no, dependiendo del gusto de cada uno. Los fanfics son una enorme biblioteca virtual donde se puede encontrar de todo.

 

El fanfiction, ¿un plagio?

Aunque el mundo alrededor de la literatura de ficción es infinito, también se debe tomar en cuenta que los escritores principiantes están trabajando con personajes, historias y mundos que no les pertenecen. Si bien es cierto que al publicar sus trabajos hacen énfasis en que los personajes no son de su autoría, la verdad es que están infringiendo derechos de autor.

¿Hasta qué punto se pueden permitir estas historias? ¿Los fics son buenos o malos? Karen Hellekson, autora del libro FanFiction and Fan Communities in the Age of the Internet, menciona que «históricamente, escribir este tipo de literatura ha sido un riesgo […] tanto para los autores contemporáneos de fanfics como para los primeros […]». Varios autores reconocidos ya han alzado la voz al respecto.

Anne Rice, autora de las Crónicas vampíricas y Las brujas de Mayfair, entre otros textos, ha declarado en su sitio oficial estar en total desacuerdo con la creación de fics que hagan referencia a cualquiera de sus trabajos:

No permito el fanfiction. Los personajes están protegidos con derechos de autor. Me molesta terriblemente siquiera pensar en fanfictions realizados con mis personajes. Recomiendo a mis lectores escribir sus historias con personajes propios. Es absolutamente esencial que respeten mis deseos.

Según las leyes actuales de copyright, los autores originales tienen el derecho de restringir y controlar la distribución de los fanfics, así como de actuar de manera legal contra aquellos que hacen uso de sus obras. En este sentido, los fics tienen a su favor el hecho de publicarse de forma amateur y sin ánimo de lucro –los escritores no cobran por sus historias–, aunque esto no los libra de poder ser procesados ante un juez.

En contraste con Anne Rice, hay otros autores que están de acuerdo con que sus seguidores redacten literatura de ficción con base en sus obras. De hecho, encuentran que los fics son un buen ejercicio para aquellos que desean adentrarse en el mundo de las letras. Según la tesis El extraño mundo del fanfiction: una historia, miles de autores, de Lizbeth Alcibar Vázquez, a J.K. Rowling le gusta toda clase de fanfics, pues le funcionan como publicidad gratuita para sus obras, así como para mantenerlas vigentes en el gusto del público.

En la tesis Formas emergentes de la literatura: el fanfiction desde los estudios literarios, de Jenny Díaz Agudelo, se explica que escritores como Stephenie Meyer –autora de la saga Crepúsculo– animan y trabajan en conjunto con sus fans para hacer fanfics de sus libros. «En un fanfiction […] en inglés, leemos al principio de cada capítulo los comentarios de su autora en los que dice hablar por e-mail con Meyer sobre los libros, e incluso recibe de ella opiniones e información sobre los personajes o la historia que le ayudan a escribir el fanfic». Esto se debe quizá a que la propia Meyer ve en los fics una catapulta para que sus seguidores se sumerjan en el mundo de la escritura. Un ejemplo reciente de ello es la escritora E.L. James, cuya pasión por la historia de Crepúsculo la llevó a redactar un fic basado en ella, dando como resultado su exitosa saga Cincuenta sombras de Grey.

Cada uno de los involucrados en este asunto de los derechos de autor trata de resolver la situación de la manera más conveniente posible. Alexandra Alter menciona en su reportaje The Weird World of Fan Fiction que, mientras algunos autores como Anne Rice o George R.R. Martin siguen en contra de la literatura de ficción, Orson Scott Card, creador de la saga El juego de Ender, ve en los fics toda una ramificación de ideas y oportunidades. Según Alter, Orson declaró: «Cada pieza de fanfiction es publicidad para mi libro […] ¿Qué clase de idiota sería si en verdad quisiera que desaparecieran?».

En entrevista con Javier Aranda Luna, Daniel Cassany comentó que «el fanfiction es algo que va más allá de la mera diversión. Incluso cuando los jóvenes o niños parecen no estar interesados en la lectura o escritura, con los fics les sucede todo lo contrario: se dejan llevar por ese mundo tan complejo y extraño que a la larga se convertirá en su hogar».

Entonces, si supuestamente a los jóvenes no les gusta leer, ¿por qué dedican varias horas de su tiempo para sentarse frente a la computadora y leer la actualización de su fanfiction favorito? Adéntrense en este extraño mundo y averígüenlo. Quizá hasta les pueda llegar a gustar.

 

 

___________________

Lizbeth Alcibar Vázquez (Estado de México, 1989). Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Amante de la escritura y devoradora de libros de ficción y misterio. Autora de fanfics y seguidora del pop coreano y japonés. Su texto «Solitude» fue elegido para formar parte de la antología de microrrelatos Otoño e Invierno, realizada por la página Diversidad Literaria. Algún día espera poder redactar un libro y publicarlo. Ha publicado anteriormente en la revista Cuadrivio. Contacto: alcibarvl@gmail.com.

Print Friendly

Cuadrivio, revista de literatura, política, ciencias y artes.

2 comentarios

  1. Lizbeth Alcibar

    noviembre 27, 2014 at 4:47 pm

    Hola, Raúl. Me alegra mucho que te gustara el artículo. Si te interesa la tesis, escríbeme a mi correo y con mucho gusto te proporcionaré los datos para que puedas leerla.

    ¡Saludos!

  2. Raúl Miranda

    noviembre 2, 2014 at 1:42 pm

    Hola, me gusto tu artículo. Revise tus citas y mencionas tu tesis El extraño mundo del fanfiction: una historia, miles de autores, me podrías decir ¿dónde puedo encontrarla?

    Gracias de antemano.

Responder

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>