Saturday, 15th February 2014

La muerte de Chávez, las elecciones, los riesgos

Publicado el 25. ago, 2013 por en Política y sociedad

La experiencia de vivir la Revolución bolivariana

 

PINTADAS CON EL ROSTRO DEL PRESIDENTE HUGO CHÁVEZ EN CARACAS

Hugo Chávez ascendió al poder y cambió a Venezuela para siempre. Hugo Chávez  murió y cambió a Venezuela para siempre. A través de una descripción histórica y un recuento de los hechos ocurridos antes, durante y después de la muerte de Chávez, Alina Rosas se adentra en la comprensión de la influencia que tuvo esta figura casi mítica en la conformación de la Venezuela contemporánea y las posibles repercusiones que tendrá en el imaginario personal y colectivo de las generaciones venideras.

 

Alina Rosas Duarte

 

El 5 de marzo del presente año la noticia de la muerte del comandante Hugo Chávez dio la vuelta al mundo. Tanto seguidores como detractores estuvieron presentes dándole seguimiento al suceso; los segundos lo denominaban «la crisis político-económica de Venezuela», auguraban (con más fuerza que antes) el fin del chavismo, del Socialismo del siglo XXI, y, con ello, veían una oportunidad de cambiar el régimen bolivariano por el proyecto de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), encabezado por Henrique Capriles Radonski.

Tras la muerte de Hugo Chávez surgieron muchos cuestionamientos. ¿Qué importancia tenía Chávez para América latina? ¿Quiénes le lloraban y quiénes lo celebraban? ¿Qué comenzó después del 5 de marzo? Más incógnitas que respuestas había en ese momento, la lucha por el puesto vacante en el Palacio de Miraflores había comenzado.

Hoy, a unos meses de distancia, podemos ver con mayor tranquilidad cómo la disputa entre Henrique Capriles, quien después de bien pensarlo aceptó ser (una vez más) el candidato que encabezaría la fórmula de la MUD, y Nicolás Maduro, que iría como el sucesor de Chávez para la presidencia, pudo haber significado la continuidad o la ruptura en el proceso de construcción del proyecto de la Revolución bolivariana. En las próximas líneas se describirá a grandes rasgos los eventos que han ocurrido en Venezuela en los pasados meses, agregando experiencias personales acontecidas durante el periodo de estancia que la autora tuvo la oportunidad de realizar, en el marco de las elecciones de marzo, en aquel país.

 

Antecedentes

Brevemente, a manera de antecedente, se enumerarán tres eventos históricos indispensables para la comprensión de la Venezuela actual. El primero de ellos ocurre en el año 1958. El 31 de octubre de ese año, se firma el Pacto de Punto Fijo, por medio del cual los partidos más importantes de la escena política venezolana acuerdan –fundamental pero no únicamente‒ formar un Gobierno de Unidad Nacional sustentado en un Programa mínimo común[i] por medio del cual Acción Democrática (AD), el Partido Social Cristiano (COPEI) y Unión Revolucionaria (UR) establecerían una suerte de proyecto único en aras de consolidar un gobierno democrático tras poner fin a la dictadura encabezada por Marcos Pérez Jiménez (1952-1958). El periodo llamado de Puntofijismo habría de durar tres décadas, durante las cuales la autonomización de los partidos políticos de las necesidades de la población venezolana se hizo muy evidente, al mismo tiempo que la puesta en marcha de las medidas del Consenso de Washington provocó el aumento de la pobreza, el crecimiento de la desigualdad y otros tantos problemas que eventualmente desencadenaron un violento estallido social.[ii]

El segundo evento es el primero de los estallidos sociales mencionados, el llamado Caracazo de 1989. Ese día la población salió en diversas ciudades a protestar por las carencias e insuficiencias existentes. Durante  la jornada las protestas terminaron en saqueos de supermercados y hubo decenas de heridos, muertos y desaparecidos.[iii] Sin duda el Caracazo sería un punto de quiebre para el Estado venezolano, al poner al descubierto que se encontraba superado por problemas como la disminución de la renta petrolera per cápita, el desgaste de la clase política y su incapacidad de transformarse en un Estado no esencialmente monoproductor.

El tercer evento a destacar es el intento de golpe de Estado en 1992.[iv] A pesar de que en ese momento no era un proyecto con fortaleza argumentativa, carácter socialista o clasista, el intento de transformación política generó nuevas expectativas de reconstrucción estatal y reflejó la existencia de un naciente proyecto nacionalista encabezado por el sector militar.

 

La llegada de Hugo Chávez y la consolidación de la Revolución bolivariana

No fue sino hasta 1996, una vez que salió de la cárcel, que Hugo Chávez y su equipo más cercano presentaron a la población la Agenda Alternativa Bolivariana, un primer proyecto que sugería terminar la denominada IV República de gobiernos neoliberales y poner en el centro del actuar al Estado, contrario sensu a las medidas que se estaban adoptando durante esas décadas no sólo en América latina, sino en el resto del mundo. Dos años le tomaría a Hugo Chávez recorrer el país[v] presentando su proyecto para, posteriormente, en diciembre de 1998, llegar a la presidencia por la vía electoral. El resultado es bien conocido por todos: sería la primera de las16 elecciones y/o consultas, incluyendo un referéndum revocatorio, que ganaría durante el periodo de 1998 al 2012.

Una de las primeras acciones del primer gobierno de Chávez fue convocar a un referéndum constituyente, el cual ganó, permitiendo que siete meses después se presentase la nueva constitución. Sobre la constitución de 1999[vi] existen varios elementos a destacar, en particular la obligación del Estado en materia de salud, educación, vivienda, así como las figuras de referéndum consultivo, revocatorio y abrogatorio.[vii]

Durante los 14 años en que Hugo Chávez estuvo al frente del gobierno venezolano se lograron notables avances en varias materias. En primer lugar se encuentra el tema de la educación. La Unesco reportó en 2010 que Venezuela en menos de diez años había logrado alfabetizar al 95. 2 % de la población.[viii] Avances similares se registraron en los terrenos de la salud y la vivienda; no obstante, es importante señalar que buena parte de estos logros se debieron a los beneficios de la renta petrolera. En este sentido, aunque es criticable que Venezuela siga manteniendo su carácter monoproductor, es un hecho innegable que durante los periodos presidenciales de Chávez buena parte de estos dividendos se destinaron para políticas sociales.

 

Observaciones en torno al Socialismo del siglo XXI y sus efectos en la población venezolana

Con base en mi estancia en Venezuela en los días pre y post electorales es que me atreveré a hacer las siguientes afirmaciones.

La primera es que el denominado «protagonismo del pueblo» sólo puede entenderse asistiendo a las reuniones de los Consejos Comunales, platicando con los ciudadanos y comparando la teoría y la praxis. Una de mis primeras impresiones al contacto con la Revolución bolivariana fue que el proceso estaba sobreideologizado, en buena medida a través de las escuelas de formación política, que muchas de las veces resultan ser propagandísticas. Otro elemento destacable es la cotidianeidad con la que los individuos tratan conceptos como «burguesía», «oligarquía», «revolución», «socialismo», etcétera.

La segunda es que actualmente existe una grave confusión entre los partícipes del Socialismo del siglo XXI con respecto a la evaluación del acontecer actual venezolano. Muchos dicen vivir en el socialismo y otros tantos dicen descartar el retorno al capitalismo, afirmaciones graves si consideramos que el sistema actual en Venezuela sigue siendo el de un Estado asistencialista capitalista que ha podido sufragar programas sociales, en muchos de los casos, gracias a los excedentes de la renta petrolera.

La siguiente es que existe una amplia cobertura de los servicios de salud y vivienda garantizados por el Estado. La misión Barrio Adentro, cuyo propósito es garantizar salud en todos sus niveles a la población que así lo requiera, ofrece medicina de vanguardia en colaboración con médicos cubanos en los Centros de Diagnóstico Integral (CDI), los cuales son totalmente públicos. La misión Vivienda, por su parte, ha otorgado miles de hogares a familias en condiciones precarias y actualmente también garantiza una vivienda digna a quien lo solicite, puesto que esto es una obligación constitucional del Estado.

Otro fenómeno que es importante señalar es la existencia de un asistencialismo que, en la gran mayoría de los casos, no va acompañado de un proceso de formación política que lleve a los venezolanos a relacionar los beneficios de los que están gozando con un proyecto político determinado. Al respecto, me atrevería a afirmar, con provocación incluida, que hoy la Revolución bolivariana ha acostumbrado a la población a gozar de salud, vivienda, educación y una vida digna (o mucho mejor que la que Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez heredaron a sus ciudadanos), lo cual es de celebrarse y aplaudirse. Así las cosas, importantes sectores de la población se han sumado a las filas opositoras, lo cual parece confirmar la inexistencia de una relación causal entre los programas de bienestar social y los resultados en las urnas. En este contexto, el asistencialismo per se no parece verse reflejado en votos por el oficialismo.

El siguiente elemento a resaltar es que existe poca claridad con respecto a lo que significa «Socialismo del siglo XXI». Rodolfo Sanz describe esta confusión de la siguiente manera:

 

Existen palabras que al usarlas indiscriminadamente terminan vacías de cualquier contenido. Esto ha ocurrido en tan breve lapso con la expresión «Socialismo del siglo XXI». Para muchos es todo lo contrario del socialismo que existió en la Unión Soviética, algo así como el socialismo soviético colocado con la cabeza hacia arriba. Para otros, es el nuevo modelo de socialismo que se nutre de los aciertos y errores de las experiencias socialistas de todo el siglo XX, sin que estén obligados a señalar cuáles aciertos y cuáles errores. En el mejor de los casos, el Socialismo del siglo XXI es el modelo inédito de la nueva sociedad adaptado totalmente a los desafíos actuales, en franca ruptura con la nefasta herencia del totalitarismo estalinista, y en perfecta armonía con los desarrollos científicos del nuevo siglo. […] En la acepción coloquial, Socialismo del siglo XXI es todo lo que hacemos en nombre de los valores de igualdad y justicia; especie de legitimación obligatoria de la praxis política de quienes aspiran a la construcción de una sociedad más equitativa y equilibrada en medio del proceso de la Revolución Bolivariana. […] Socialismo del Siglo XXI es un eslogan que dice mucho y, al mismo tiempo, no dice nada.[ix]

 

Observaciones en torno al proceso electoral venezolano

Innegablemente, el legado de Hugo Chávez para la región latinoamericana y los venezolanos es muy amplio, y sus logros pueden comprobarse empíricamente al asistir a escuelas primarias y ver no sólo que son gratuitas, sino que también lo son los alimentos que los alumnos reciben a diario. También su modelo en derechos de los pueblos indígenas y en participación ciudadana, al haber conseguido la representación efectiva de los primeros y al haber puesto a disposición de todos los ciudadanos en general los mecanismos de referéndum consultivo, revocatorio y abrogatorio, ha logrado ser pionero en América latina. Y en efecto existe una diferente concepción de América latina después de Hugo Chávez, pues su proyecto reveló al resto de los países de la región la posibilidad de una ruptura con su pasado de naciones agromineras exportadoras, para obtener la independencia en términos no sólo estructurales, sino políticos y de soberanía. Por estas razones el proceso electoral era trascendental para determinar el rumbo que iba a seguir no sólo Venezuela, sino toda la región durante los siguientes años.

Los últimos días de campaña hubo irregularidades de ambas partes. Por un lado, era casi imposible mantener al aparato ideológico del Estado al margen de la campaña electoral de Nicolás Maduro, y los chavistas aún dolientes fueron quienes acudieron a las urnas a votar «por el hijo de Chávez», porque fue Chávez mismo quien le otorgó esta autoridad en el último discurso que dio en diciembre del 2012. Por el otro lado, los miembros de la alianza de los partidos de oposición, con los medios de comunicación, especialmente Globovisión, encabezados por Henrique Capriles, se convirtieron en los portavoces de intereses muy particulares, principalmente los de  la oligarquía venezolana y los de los extranjeros interesados en el control de los medios de producción y las riquezas de la nación, sobre todo el petróleo.

El fallecimiento de Hugo Chávez estuvo a flor de piel de tiempo completo en la jornada electoral. Las canciones de la candidatura de Maduro aludían esencialmente al «eterno líder», cuyos restos después yacerían en el Cuartel de la montaña en Caracas. Esto era de esperarse si consideramos que fueron trece años los que Hugo Chávez estuvo al frente de este proyecto.[x] En este punto, Guillermo Almeyra fue muy claro:

 

Aunque Maduro ni siquiera nombre las Misiones ni las Comunas ni el poder popular entre los pilares del chavismo-post-Chávez, esas fuerzas ahí están y son la principal garantía del proceso. Porque existen sectores del gobierno y del aparato influidos por la corrupción y con lazos con la boliburguesía,[xi] pero en el pueblo de a pie esa lacra no existe y hay, en cambio, una gran sed de igualdad, de democracia.[xii]

 

La oposición, por su parte, aunque está visiblemente conformada por la burguesía que ve en peligro sus intereses económicos ante un proyecto de estatización que afecta la acumulación del capital privado, también cuenta entre sus filas con obreros de clase media que logran vivir dignamente al no tener preocupaciones de pago por educación, salud, vivienda, etcétera.[xiii] Entre los principales argumentos de los ciudadanos para votar por la oposición se encuentra el desabastecimiento en los supermercados; no obstante, también se debe señalar que buena parte de los productos faltantes pertenecen a una empresa, Polar, conocida por ser de oposición. En los supermercados, aunque los productos de esta empresa escasean, pueden encontrarse otras marcas de harina, de aceite o de mantequilla que garantizan el abastecimiento de la población. Tras su toma de protesta, Maduro anunció la expropiación de esta empresa, decisión controvertida puesto que Venezuela aún no cuenta con los medios de producción y la capacidad para desarrollar un sector agrícola autosuficiente. Otro argumento fuerte de la oposición es que ha habido apagones y fallas eléctricas recurrentes a lo largo y ancho del país. En el marco de las elecciones, Venezolana de Televisión denunció boicots de instalaciones eléctricas y detenciones en los actos de sabotaje en diferentes ciudades, abriendo con ello la posibilidad de que existan acciones organizadas para generar pánico entre la población. Ambas situaciones, tanto el desabasto como las fallas eléctricas, también se presentaron justo antes del golpe de Estado que asestó la oligarquía venezolana a Hugo Chávez en febrero del 2002.

Volviendo al tema de la elección, podemos señalar que mientras Nicolás Maduro esperaba lograr 10 millones de votos y la consigna en las calles era «son diez, son diez, son diez millones, son diez», en comparación con lo obtenido en el referéndum del 7 de octubre, perdió más de 600 mil votos, los cuales, según los números emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE), bien pudieron terminar siendo votos para la oposición.[xiv] La noche del 14 de abril será recordada con desencanto tanto por los oficialistas como por los opositores. Los resultados del CNE se anunciaron cerca de las 11 de la noche, algo inusual puesto que al tratarse de un conteo de votos electrónico, el cómputo es más rápido que en otros países. El triunfo fue para Nicolás Maduro, sin embargo lo último que se respiraba entre sus filas era júbilo. La presidenta del Consejo Nacional Electoral solicitó que todos se retiraran a sus hogares y se abstuvieran de celebrar. Un balde de agua helada había caído al proyecto: 300 mil votos de diferencia no era una victoria.

Los días que siguieron a las elecciones fueron bastante turbulentos. Sectores de la oposición acosaron los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) para exigir a los médicos cubanos que a diario salvan vidas en Venezuela que se fueran del país. Algunos de los centros fueron incendiados, como también fueron incendiadas algunas sedes del PSUV en diferentes partes del país. El saldo de los enfrentamientos fue de varios heridos y siete muertos.

El día de la toma de posesión de Nicolás Maduro, las calles de Caracas no estaban llenas, como tampoco lo estuvieron el viernes anterior a su cierre de campaña. La oposición dista mucho de haber sido derrotada en las urnas el pasado 14 de abril. Su maquinaria está presente en los curules legislativos, en las gubernaturas estatales, en las empresas venezolanas, en organizaciones como la USAID que promueven «gobiernos democráticos» y en las múltiples relaciones que todas éstas instancias entablan, principalmente, con Estados Unidos.

 

Conclusión

Hoy América latina no es aquella cuya soberanía podía verse violentada con facilidad. Basta ver el incidente ocurrido entre Evo Morales y las naciones europeas que le negaron el tránsito por su espacio aéreo bajo sospechas de que el ex agente de la CIA Edward Snowden viajaba en el avión presidencial en búsqueda de asilo en las naciones latinoamericanas, y las reacciones inmediatas en los países latinoamericanos y sus nuevas instituciones, como UNASUR, al darse cuenta de ello. Hay una América latina diferente antes y después de Hugo Chávez, y los retos crecen, como crecen las fallas y como crece la corrupción y la violencia en el país.

A estas alturas me atrevo a asegurar que la América latina que, junto con otros actores políticos, ha construido Chávez ha marcado a muchas generaciones, las mismas que temen hoy por el curso que seguirá tomando esta revolución. Es necesario abrir los canales de comunicación para que aquellos que encuentran fallas en este proceso las evidencien y propongan soluciones; del mismo modo la invitación se extiende a los venezolanos, bolivianos, ecuatorianos: a que escuchen y estén alertas.

Recordemos que uno de los instrumentos de la democracia venezolana de hoy es el referéndum revocatorio, y no dudo que en tres años presenciemos uno. Queda la duda de si Nicolás Maduro podrá enfrentarlo y salir victorioso como lo hizo alguna vez Chávez; tampoco se puede descartar un intento violento de la reacción por hacerse de Miraflores. Hoy habrá que preguntarse si en tres años podremos dejar de hablar de chavismo para poder construir el venezolanismo, o incluso, en el mejor de los casos, si tendremos, más que patria, la Patria Grande.


NOTAS

[i] Este programa buscaba construir una nueva democracia venezolana fundada en lo siguiente:

 

b) Un gobierno de Unidad Nacional. Si bien el ejercicio del poder por un partido es consecuencia legítima de una mayoría electoral, la suerte de la democracia venezolana y la estabilidad del estado de derecho entre nosotros imponen convertir la unidad popular defensiva en gobierno unitario, cuando menos por tanto tiempo como perduren los factores que amenazan el ensayo republicano iniciado el 23 de enero. El gobierno de Unidad Nacional es el camino para canalizar las energías partidistas y evitar una oposición sistemática que debilitaría el movimiento democrático.

c) Un programa mínimo común. Para facilitar la cooperación entre las organizaciones políticas durante el proceso electoral y su colaboración en el gobierno constitucional, los partidos signatarios acuerdan concurrir a dicho proceso sosteniendo un programa mínimo común, cuya ejecución sea el punto de partida de una administración nacional patriótica y del afianzamiento de la democracia como sistema […] Como este programa no excluye el derecho de las organizaciones políticas a defender otros puntos no comprendidos en él, se acuerda para estos casos la norma siguiente: ningún partido unitario incluirá en su programa particular puntos contrarios a los comunes del programa mínimo, y en todo caso, la discusión pública en los puntos no comunes se mantendrá dentro de los límites de la tolerancia y del mutuo respeto a que obligan los intereses superiores de la unidad popular y de la tregua política.

 

Sobre el Pacto de Punto Fijo, véase Felícitas López Portillo Tostado, Historia documental de Venezuela, Tomo II. UNAM, 2003, México DF.

[ii] Incluso se podría argumentar que el intento fallido de golpe de Estado del 2002 es uno de los tantos síntomas de la descomposición del sistema político heredado del puntofijismo y de los gobiernos neoliberales que le sucedieron.

[iii] Resulta significativo el hecho de que estas protestas ocurrieron el mismo día que se había de firmar la Agenda Venezuela, acuerdo en el cual básicamente se establecía que Venezuela se enrumbaría por el camino que Washington fuera dictando.

[iv] En este intento de golpe de Estado participó quien fuese candidato a la presidencia contra Hugo Chávez y recientemente contra Nicolás Maduro, Henrique Capriles, el mismo que en el golpe de Estado contra Hugo Chávez en el año 2002 fue cómplice y arquitecto. Para mayor información, ver Concierto para delinquir, documental presentado por VTV. Obtenido en:  http://www.youtube.com/watch?v=1ISDWQgqL-4.

[v] En este recorrido Nicolás Maduro ya estaba con Hugo Chávez.

[vi] En resumen, los artículos 71, 72, 73 establecen:

 

Artículo 71. Las materias de especial trascendencia nacional podrán ser sometidas a referendo consultivo por iniciativa del Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; por acuerdo de la Asamblea Nacional, aprobado por el voto de la mayoría de sus integrantes; o a solicitud de un número no menor del diez por ciento de los electores y electoras inscritos en el registro civil y electoral […]

Artículo 72. Todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables. Transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria, un número no menor del veinte por ciento de los electores o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato.

Artículo 73. Serán sometidos a referendo aquellos proyectos de ley en discusión por la Asamblea Nacional, cuando así lo decidan por lo menos las dos terceras partes de los o las integrantes de la Asamblea. Si el referendo concluye en un sí aprobatorio, siempre que haya concurrido el veinticinco por ciento de los electores y electoras inscritos e inscritas en el registro civil y electoral, el proyecto correspondiente será sancionado como ley.

Los tratados, convenios o acuerdos internacionales que pudieren comprometer la soberanía nacional o transferir competencias a órganos supranacionales, podrán ser sometidos a referendo por iniciativa del Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; por el voto de las dos terceras partes de los o las integrantes de la Asamblea; o por el quince por ciento de los electores o electoras inscritos e inscritas en el registro civil y electoral.

 

[vii] Una parte de esta Carta Magna que se debe destacar es la parte titulada «Derechos de los Pueblos Indígenas», ya que al compararla en lo general con los Acuerdos de San Andrés en México, tras el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), se vuelve evidente que recaba casi en su totalidad los acuerdos que en México no se materializaron y en la República Bolivariana sí. Los acuerdos de San Andrés están disponibles en: http://zedillo.presidencia.gob.mx/pages/chiapas/docs/sanandres/comprom1.html y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en http://www.tsj.gov.ve/legislacion/constitucion1999.htm.  

Su capítulo VII es el referente a los Derechos de los Pueblos Indígenas.

[viii] «Unesco reconoce que Venezuela lidera lucha contra analfabetismo en la región». Obtenido de: http://www.avn.info.ve/contenido/unesco-reconoce-que-venezuela-lidera-lucha-contra-analfabetismo-regi%C3%B3n.

[ix] Rodolfo Sanz, Marx y el socialismo hoy: Venezuela y la Revolución bolivariana, Ediciones Aurora, Colombia 2011, pp. 27-28.

[x] Es importante acotar que todo el proceso no recae exclusivamente en la figura de Chávez, sería muy irresponsable no considerar al pueblo como actor fundamental de la Revolución bolivariana; una cosa son los errores de la misma y otra negar los cimientos sobre los cuales se asienta hoy la continuidad del chavismo.

[xi] «Boliburguesía» es el término que Guillermo Almeyra ha utilizado en varios artículos y escritos para definir a ese sector que cobijado por la Revolución bolivariana ha logrado, contrario sensu a los objetivos de la misma, enriquecerse de ella.

[xii] Guillermo Almeyra, «Venezuela: ¿Qué hay detrás de la campaña derechista?», La Jornada. Obtenido de: http://www.jornada.unam.mx/2013/03/17/opinion/018a1pol.

[xiii] Asimismo, es importante mencionar que buena parte de los opositores al régimen cuenta desde hace varios años con acceso a medios de comunicación, en su mayoría contrarios al gobierno, y por medio de los cuales se han encargado de difundir incesantemente propaganda en contra de éste. A los mexicanos nos quedará más claro al compararlo con el efecto Televisa en las elecciones de julio del 2012, que logró que sectores vulnerables perjudicados durante los gobiernos neoliberales votaran por el regreso del PRI al poder.

[xiv] Según el CNE, Nicolás Maduro obtuvo 7 587 579 votos, equivalentes al 50.61% del total, mientras que Henrique Capriles obtuvo 7 363 980 votos, que equivalen al 49.12%; a diferencia de los resultados de meses anteriores, en donde el 7 de octubre del 2012 Hugo Chávez ganó con 8 191 132 votos (55.07%)  a un Henrique Capriles  que obtuvo 6  591 304 votos (44.31%). Obtenido de: www.cne.gob.ve.

 

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Alina Rosas Duarte (Ciudad de México). Egresada de la carrera de Relaciones Internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ex vocera del movimiento #Yosoy132 por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS). Actual profesora adjunta en la FCPS de la UNAM en las materias de América latina y el Caribe y Sistemas políticos comparados. Tiene prácticas profesionales por el Laboratorio de Análisis de Organizaciones y Movimientos Sociales (LAOMS) del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM. Actualmente desarrolla su investigación para obtener el grado de licenciatura en el tema  «Quiebre del neoliberalismo en Venezuela, 1999-2012». Twitter: @alinnoize.

 

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